En un tazón grande, bate 1 1/2 tazas de azúcar en polvo, 1/8 cucharadita de sal, aceite de coco, 1/4 taza de leche vegetal y 1 cucharadita de vainilla con una batidora eléctrica a velocidad media. Agrega la harina, la maicena, el bicarbonato de sodio y la crema de tártaro hasta que se incorporen. Si la masa es demasiado quebradiza, agregue un poco más de leche vegetal. Cubra y refrigere hasta que esté un poco firme.
Saca del refrigerador, divide la masa por la mitad. Ayudándote con un rodillo de cocina, enrolla cada porción de masa a 1/4 de pulgada de grosor en una superficie enharinada, luego corta con cortadores de galletas. Es posible que la masa deba enfriarse un poco antes de que sea fácil de extender.
Cubra una bandeja para hornear galletas con papel para hornear, un tapete de silicón o engrasa ligeramente con aceite en aerosol.
Coloca las galletas cortadas en la bandeja para galletas con 2 pulgadas de separación, mete la bandeja con galletas al refrigerador nuevamente.
Cuando las galletas estén duritas precalienta el horno a 180 ºC. cuando el horno este caliente sácalas del refrigerador y hornea por 9-10 minutos hasta que los bordes comiencen a volverse dorados.
Dejar enfriar sobre una rejilla.
Notas
El truco para que las galletas mantengan su forma es hornearlas en frío.